UN QUINCE DE AGOSTO GLORIOSO

Cuando ya el verano empieza a decaer y el amanecer a remolonear llega el momento de subir un año más al Santuario del Águila para celebrar el día de la Patrona: la Virgen del Águila Coronada.

Al llegar mis piernas , no aún cansadas de estos días, me lleva ante Ella en su paso. Siempre una oración de gracias y un saludo a mí hermano Javi y otros hermanos en hermandad. Aunque esta vez se me hizo un poco tarde y Ella comenzaba su camino para saludar a los alcalareños. ¡Te tuve muy cerquita Madre!

Comenzaba la mañana y era simplemente, dejarse llevar por su belleza y dulzura.

Transcurría el día y tenía que llevar para ver cómo se exorna el paso a mis padres: «Currito el del Águila» y a mi madre Amparo, los santeros de la Virgen durante más de cuarenta años. Allí, nos encontramos con mi hermano Jesús. De nuevo, los cinco juntos.

Llega la tarde noche y de nuevo me dirijo a la cuesta  que tantas veces he subido y cada vez me pesa menos subir. ¿increíble,verdad? Pero es que cuando hay amor, nada pesa…

Pues como decía, llega el atardecer y la Virgen del Águila Coronada hace su salida de manera maravillosa entre aplausos y emoción. Confieso, que hacía muchos años que no vivía una salida así. Desde la paz y la armonía, ahora ya desde la adultez.

De la noche puedo decir: ¡qué hermoso gentío había en mi tierra! Me encanta ver las calles de mi Alcalá así de gente que como se suele decir: ¡no sé por dónde tirar!.

Noche expedida llena de alegría contagiada entre distintas generaciones.

Por eso creo que todo transcurre como perfecto efecto dominó. Donde todo encaja. Frescura con veteranía.

Sin nada más que decir…: ¡Viva la Virgen del Águila

 

 

Mª del Aguila Castro Navarrete


 

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